Old Flavour.

Cualquier día, cuando menos lo piense, volveremos a cruzarnos. Un nuevo encuentro con el recuerdo de lo que pasó, de lo que sentí.

Nada que ver con la ilusión ni con la inocencia, la ingenuidad, la esperanza, el brillo que despedían mis ojos y la tímida sonrisa que asomaba a mi boca cuando pensaba en tí.

Sólo aparecerán el recuerdo del dolor, del desengaño, del amargo regusto de abrir los ojos y ver que no fui nada, que ni siquiera tenía opciones de ser, del destrozo de todo lo bello que guardaba en mí, de la desaparición de las ilusiones, para después darme cuenta de que crecí, de que soy otra, mayor, más fuerte, más dura y menos tonta. Darme cuenta de que eres tú quien es nadie, nada, cero. Un bufón sin público.

Cuando menos lo piense volveremos a cruzarnos y ya no será como antes. Será algo nuevo con sabor viejo.

Como esta canción. Una letra nueva, unos acordes nuevos, pero una melodía con el color desgastado por los años, una melodía con sabor familiar, con regusto a recuerdos.