Me levanto, me ducho, desayuno, salgo a las 7:20 hacia la parada del autobús. No
me paro a pensar hasta que me llega ese viento frío que me hace despertar y
abrocharme el abrigo. Quisiera levantar la cabeza mirar el cielo y gritar
“buenos días”, pero aún es de noche y no tengo energía.
¡Qué narices!
“¡Buenos días!”.
El portero me mira sin hacer, por pura pereza, ni un gesto
de asombro.
Alguien gruñe y veo mi autobús pasar. Mañana no repito.
Muchísimas gracias por este cachito de tí.
3 comentarios:
las rutinas nos vuelven de marfil.
salu2
¡¡Y yo que pensaba que el diseño de mi blog sería único!!
Veo que más de uno sabe cómo instalar una plantilla.... curioso que nos haya gustado la misma, ¿no es cierto?
Jeje... evitando las rutinas he conseguido que esa sea mi rutina.
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